Vamos a Crear es el resultado de las Actividades Culturales entre: los trabajadores del Metro de Caracas, El Concejo de Gestión del Calvario, FUNDARTE, La ONA, Consejos Comunales del Sector Caño Amarillo, El Colectivo Cultural "ARCOÍRIS DEL SUR" y demás Organizaciones Públicas y Comunitarias que hacen vida cultural en estos espacios.

jueves, 26 de mayo de 2011

LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR

DE CUANDO UN DRAGONCITO CRUZÓ EL ATLÁNTICO EN UN BAÚL DE TÍTERES.

Era un gran baúl, como si fuera un barco de muchos colores, como si fuera un rayo de luz salido de las manos maravillosas de algún juglar de los muñecos y dentro de él, un pequeño mundo de títeres que viajaba mas allá de la imaginación en un extraordinario viaje que cruzó el océano en un acto mágico de encuentro con nuestros carajitos en cualquier lugar de la Caracas nuestra de cada día.


Dentro de ese gran baúl, un personaje. Un Dragoncito que viene afamado y admirado por todos los niños españoles desde su lugar de origen en Binéfar, Aragón de España. Un renombrado Dragoncito que viene al encuentro de nuestros muchachos para contarles sus aventuras en el viejo continente y mostrarnos esos personajes que lo acompañan en ese periplo corto por Caracas invitado por la embajada de España en Venezuela.
...y como los muñecos no vienen solos, Paco, Ángel y Mónica y son los responsables del mágico hecho cultural que nos traen LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR para llenar de buen títere los espacios donde se presentarán incluyendo la sala Juan Bautista Plaza de la Biblioteca Nacional, además de realizar un taller dirigido a titiriteros venezolanos interesados en conocer las técnicas de estos profesionales quienes ya llevan 36 años titiritiando por Europa y quién sabe cuántos lugares mas en el mundo.

Como buenos juglares, estos titiriteros han recorrido a España hasta en su corazón, montado cualquier cantidad de espectáculos en ese maravilloso espacio donde la experiencia ha crecido con el aprendizaje de todos los días, donde se han convertido en una referencia obligatoria en el marco cultural de la España actual y de otros sitios de Europa.

Entramos en la Sala de la Biblioteca Nacional, con la curiosidad a flor de piel. Allí ya había un grupo de niños y muchos adultos invitados, entre ellos las personas que habían hecho durante tres días el taller con Paco.

En el centro del escenario, un treatrino un tanto tradicional aguardando la llegada de los personajes, quienes hicieron su aparición por la parte trasera del público con unos atuendos muy particulares que nos recordaron a esos juglares del renacimiento que andaban de pueblo en pueblo llevando a la gente es evento callejero que los metió en la historia cultural del mundo como unos seres indispensables, necesarios y extraordinarios con un sitio en el corazón de los niños de todas las épocas.

El acto empezó y el teatro se convirtió en un lugar particular donde a partir de ese momento el mundo era del tamaño del teatrino y de los caprichos de los títeres. El acto nos trasladó a ese pequeño mundo donde los conflictos deben tener la aprobación de los pequeños y donde esos mismos pequeños deben ser arte y parte de un hecho diseñado para que ellos crezcan.

LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR, nos demostraron que para ser buenos, se debe trabajar mucho y se debe tener claro que el titiritero es un ser de todos los días de a cada rato, de todos los momentos. No debemos olvidar que los niños dejan de ser niños muy pronto para hacerse parte del corazón de la vida y crecer con ella y con la memoria llena de los recuerdos de la infancia.

El acto termina cuando PACO, ÁNGEL y MÓNICA invitan a los niños a salir de la sala con ellos y hacer una gran ronda. Entonces salimos con la misma marcha musical como ellos entraron a la sala y nos dirigimos a la plazoleta donde son testigos de ese acto maravilloso nada mas y nada menos que el busto de Pablo Neruda y Gabriela Mistral.

Allí, Mónica junto con los niños, lanza un globo que al tomar altura rumbo al hermoso azul caraqueño, se queda atrapado entre las ramas de la vieja ceiba de la biblioteca y todos deseamos en ese momento que el contenido que llevaba ese embajador infantil a los cielos caraqueños se hiciera realidad desde el corazón transparente de todos esos carajitos que estaba mirando lo hermoso que es ser felices aunque sea por 5 segundos.

lunes, 23 de mayo de 2011

EL CANTO NUNCA MUERE

A VÍCTOR JARA.

Hola Víctor, aún no te vas… Ni te iras… porque el verbo justo de tu palabra cantada y el sonido punzante que nace en tus dedos y estalla en las cuerdas como mil bombas fraccionadas de conciencia viven en el corazón del hombre más humilde, aquel que habita en el campo, en la flor, en el más pequeño grano de maíz que atesora el sin tierra, porque tal vez mañana, le quite el hambre y el sudor, la sed. Vives no sólo en el paria sino también en el hombre de la gran ciudad aquel que como cabra montaraz atraviesa las calles de metales blindados y no hay patrón que les detenga ni peñasco en su búsqueda infinita que les haga caer al vacío

Víctor Jara

Al estas tu Víctor, siempre Víctor Jara, el hombre teatro, el hombre canto, el hombre transito, pero por sobre todas las cosas y todas las miserias, el hombre pueblo, el que mete sus manos en la tierra y las extrae llenas de frutos , aquél que está la altura de Dios, de un Dios más humano y sincero, de un Dios cierto, que no mira a otro lado mientras a ti el verdugo, con alias de “príncipe”, te tritura a culatazos de fusil las manos, tus dedos de universo y mariposas y apaga tu voz de inviernos y vendavales.

Aquel 16 de septiembre de 1973 los ojos asesinos de Edwin Dintel Bianchi, alias el “príncipe” (militar chileno de alto rango) se pararon con furia violenta sobre tu imagen pequeña. Eran cinco mil prisioneros, cinco mil almas inocentes en aquel Estadio Nacional para experimentar el golpe, la violación, la tortura, el asesinato. Sólo el haber servido a un pueblo en su propia búsqueda, guiados por un hombre de bien, Salvador Allende, parece haberles dado el derecho de muerte sobre la vida ajena, pero no el del olvido porque estás en el inconciente chileno y ya escapaste de Chile para estar en el consciente colectivo universal. Eres pan de la tierra y agua de río cristalina y pura porque en eso te convirtieron los cobardes milicos cuando te lanzaron a los matorrales del cementerio metropolitano con el pecho lleno de balas, mustio el cabello, creyendo olvido, creyéndote sin vida. Bastaron las lágrimas de Joan Turner; su tierno amor en sus ojos azules, para humanizaste y levantarte en las miles de voces y memorias convertido en alegría y en presente…Por eso no te vas, por eso te quedas, con la taza de mate aún humeante como un hilo conductor profundo de la unidad. Aún no te vas…Aún no te vas…Víctor…

Este hombre es el asesino de Víctor Jara Edwin Dimter Bianchi, alias "El Príncipe".

TESTIMONIALES POR: DANILO BERTULÍN (médico personal de Salvador Allende)

"El 10 de septiembre de 1973 estabas invitado para cantar en la exposición llamada: “Por la vida, Contra el Fascismo” que debía inaugurarse el día 11 con la presencia del presidente Salvador Allende en La Universidad Técnica, los estudiantes aun esperan…

Celina Coll, dirigente de la sección artística del departamento de cultura e información de La Universidad Técnica, cuenta: Víctor estuvo en la universidad, pero no cantó desde el escenario, paseaba con la guitarra entre los estudiantes tratando de animarlos. En torno al Edif. El aire se estremecía de las ráfagas de ametralladoras.

C.Coll:- “Víctor alcanzó a llegar a La Universidad cuando los militares golpistas ocupaban las posiciones claves en la capital. Pero la situación aun era confusa.

Víctor pasó por mi oficina y preguntó:

V.J.-Qué hacemos?

C.Coll:-Vamos a esperar.

V.J.:-Qué debo hacer?

C.C:-Quedate aquí. Anima con tus canciones a los estudiantes, académicos y trabajadores.

Celina Coll fue una de las últimas personas en verlo antes de que los fascistas lo hicieran prisionero..

"En espera del posible ataque fue decidido: trasladar a los estudiantes y otros trabajadores de la Universidad a la Escuela de Artes y Oficios. Era un edificio con paredes más resistentes.

Como si fuera ahora veo el rostro de Víctor: llama por [el] teléfono de mi oficina a su esposa Joan.

-Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.

Víctor siempre fue un hombre del deber. Y lo siguió siendo en esta peligrosa situación.

Después sufrí mucho por su muerte. Me sentí de algún modo culpable ante él. No podía perdonarme el no haberlo mandado entonces a su casa. Debí hacerlo. Aunque más tarde los soldados ya emplazaban ametralladoras pesadas en los techos de los edificios cerca de la Universidad, pero hasta el toque de queda todavía era posible salir. Sin embargo, yo pensaba: en la calle lo pueden identificar y matar...”

VÍCTOR.... AÚN NO TE HAS IDO.

AUTOR: CHARANGO