jueves, 26 de mayo de 2011
LOS TITIRITEROS DE BINÉFAR
lunes, 23 de mayo de 2011
EL CANTO NUNCA MUERE
Hola Víctor, aún no te vas… Ni te iras… porque el verbo justo de tu palabra cantada y el sonido punzante que nace en tus dedos y estalla en las cuerdas como mil bombas fraccionadas de conciencia viven en el corazón del hombre más humilde, aquel que habita en el campo, en la flor, en el más pequeño grano de maíz que atesora el sin tierra, porque tal vez mañana, le quite el hambre y el sudor, la sed. Vives no sólo en el paria sino también en el hombre de la gran ciudad aquel que como cabra montaraz atraviesa las calles de metales blindados y no hay patrón que les detenga ni peñasco en su búsqueda infinita que les haga caer al vacío
Víctor Jara
Allí estas tu Víctor, siempre Víctor Jara, el hombre teatro, el hombre canto, el hombre transito, pero por sobre todas las cosas y todas las miserias, el hombre pueblo, el que mete sus manos en la tierra y las extrae llenas de frutos , aquél que está la altura de Dios, de un Dios más humano y sincero, de un Dios cierto, que no mira a otro lado mientras a ti el verdugo, con alias de “príncipe”, te tritura a culatazos de fusil las manos, tus dedos de universo y mariposas y apaga tu voz de inviernos y vendavales.
Aquel 16 de septiembre de 1973 los ojos asesinos de Edwin Dintel Bianchi, alias el “príncipe” (militar chileno de alto rango) se pararon con furia violenta sobre tu imagen pequeña. Eran cinco mil prisioneros, cinco mil almas inocentes en aquel Estadio Nacional para experimentar el golpe, la violación, la tortura, el asesinato. Sólo el haber servido a un pueblo en su propia búsqueda, guiados por un hombre de bien, Salvador Allende, parece haberles dado el derecho de muerte sobre la vida ajena, pero no el del olvido porque estás en el inconciente chileno y ya escapaste de Chile para estar en el consciente colectivo universal. Eres pan de la tierra y agua de río cristalina y pura porque en eso te convirtieron los cobardes milicos cuando te lanzaron a los matorrales del cementerio metropolitano con el pecho lleno de balas, mustio el cabello, creyendo olvido, creyéndote sin vida. Bastaron las lágrimas de Joan Turner; su tierno amor en sus ojos azules, para humanizaste y levantarte en las miles de voces y memorias convertido en alegría y en presente…Por eso no te vas, por eso te quedas, con la taza de mate aún humeante como un hilo conductor profundo de la unidad. Aún no te vas…Aún no te vas…Víctor…
Este hombre es el asesino de Víctor Jara Edwin Dimter Bianchi, alias "El Príncipe".
TESTIMONIALES POR: DANILO BERTULÍN (médico personal de Salvador Allende)
"El 10 de septiembre de 1973 estabas invitado para cantar en la exposición llamada: “Por la vida, Contra el Fascismo” que debía inaugurarse el día 11 con la presencia del presidente Salvador Allende en
Celina Coll, dirigente de la sección artística del departamento de cultura e información de
C.Coll:- “Víctor alcanzó a llegar a
Víctor pasó por mi oficina y preguntó:
V.J.-Qué hacemos?
C.Coll:-Vamos a esperar.
V.J.:-Qué debo hacer?
C.C:-Quedate aquí. Anima con tus canciones a los estudiantes, académicos y trabajadores.
Celina Coll fue una de las últimas personas en verlo antes de que los fascistas lo hicieran prisionero..
Como si fuera ahora veo el rostro de Víctor: llama por [el] teléfono de mi oficina a su esposa Joan.
-Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.
Víctor siempre fue un hombre del deber. Y lo siguió siendo en esta peligrosa situación.
Después sufrí mucho por su muerte. Me sentí de algún modo culpable ante él. No podía perdonarme el no haberlo mandado entonces a su casa. Debí hacerlo. Aunque más tarde los soldados ya emplazaban ametralladoras pesadas en los techos de los edificios cerca de
VÍCTOR.... AÚN NO TE HAS IDO.