LOS TÍTERES SON PEQUEÑOS SERES QUE VIAJAN CON LOS SUEÑOS DE LOS NIÑOS
Hablar de los títeres es como hablar de la poesía recitada por por unos pequeños seres que son casi del tamaño de esos carricitos que ríen y ríen como si fueran ellos mismos un lindo cuento que se cuenta desde las alturas de un pequeño teatrino con forma de muchas canciones.
Es que esos muñecos de papel son incansables viajeros que cruzan el corazón de los niños de un lado a otro como si fueran grillos que dicen y dicen cosas sin cansarse de decirlas, es que esos muñecos son tan particulares que cada uno de ellos son la historia de lo mágico y de lo hermoso en muy pocas palabras...
De manera que en Figueroa, que es una pequeña comunidad del municipio Los salias del Edo Miranda, donde hay una biblioteca tan pequeñita, pero tan pequeñita, que en un libro habitan unos títeres que hicieron de aquél recinto un pequeño cuento del tamaño del SOL. Es que los habitantes de aquella biblioteca se hicieron los habitantes también de la escuela y de la calle larga que conduce a la escuela y de la mirada de los vecinos de la calle larga que conduce a la escuela y de todas las flores que hay en los jardines de las casas de los carajitos que estudian en la escuela
Y entonces resultó que Maria y que Mayerling y que Nieves y que Jorge un día decidieron hacerse cómplices de los títeres que habitan en la biblioteca que queda en la calle larga que conduce a la escuela y se hicieron de cajas mágicas que volaron con el viento como si cruzaran el mundo de un solo suspiro y de un solo suspiro llegaron a una ciudad grandota con muchísima gente y en una gran casa para niños sembraron de títeres en las manos chiquiticas de aquellos pequeños seres que salieron de otro cuento y de otros libros que habitaban los jardines de otras casas y de otras calles largas que conducen a los pequeños cuentos de siempre contar.
Y es que Maria, Mayerling y Nieves hicieron un circulo de niños y durante cinco segundos los enseñaron a fabricar muñecos y llenaron de muñecos el jardín de aquella casa grande donde habitaban los niños y en cinco segundos llenaron de poesía el corazón de aquellos niños y también contaron las cosas que tenían que contar e hicieron del títere un muñeco que hablaba y hablaba hasta que el SOL saliera corriendo como si fuera un carricito mas que se tenía que ir porque ya habían pasado los cinco segundos del tiempo en que la alegría era una cosa de niños.
Es que el viaje con los muñecos hasta Maracay había sido una aventura tan, pero tan hermosa que fue como haber llevado la pequeña biblioteca de Figueroa en el sueño de cada uno de los habitantes de los libros de la calle larga que conduce a la escuela y en Maracay dejaron los cinco segundos de AMOR y de colores que alguna vez hará que el Sol salga por los salones de la casa grande donde se quedaron los títeres que nacieron de las manos de los niños de aquél pequeño cuento que alguna vez contaremos como si fuera si fuera un cuento de verdad verdad.
De manera que Mayerling, Maria, Nieves y Jorge son los cómplices de las cosas lindas que el equipo de la Misión Cultura de Figueroa ha hecho para darle vida al maravilloso mundo de los títeres con el también cómplice del profesor William con su cara de león bravo que no sabe absolutamente nada de violencia.
Así, los sueños se van haciendo realidad mientras el mundo gira alrededor de las palabras edificantes de las cosas que se cuentan mas allá de la verdad.