De manera que Jorge dio oficialmente inicio al taller cámara en mano y con las explicaciones debidas. Mijares, mas allá de cantar, dijo de las cámaras sus técnicas y sus tecnologías, explicó los alcances de los valores fotográficos y al igual que Jorge le dio confianza a los asistentes con respecto al conocimiento del arte de tomar fotografías, en definitiva, los asistentes quedaron confiados con todos esos primeros conocimientos y manos a la obra.
Esta primera aventura se inició en la Estación Caño amarillo rumbo al Calvario, rumbo al remozado Parque Ezequiél Zamora que nos esperaba con sus paisajes abiertos a la curiosidad de los lentes de las pequeñas cámaras digitales.
Entonces cruzamos el viejo viaducto UNIÓN, un pequeño puente de 115 años de edad que une a Paguita con la parte norte del Calvario por la vía de Monte piedad y el Gran Arco de La Federación donde llegamos y le contamos a los talleristas los primeros cuentos de cuando se fundó EL PASEO EL CALVARIO, allí tomamos las primeras fotos de un lugar con una larga trayectoria como escenario de esas y muchísimas fotos mas tomadas por miles de turistas que han pasado por ese lugar.
Luego iniciamos la caminata por las caminerías y recovecos por donde nos quedara un pequeño huequito para tomar una foto, un pequeño espacio que nos sirviera de excusa para que las cámaras capturaran imágenes que luego convertiríamos en muchas sonrisas de satisfacción.
El grupo se dispersaba a veces y otras veces nos unía la necesidad de preguntar y responder cosas, muchas cosas que la curiosidad inquietaba a unos y a otras. Cada quién estaba pendiente de los detalles y de la cadencia de los colores que les obsequiaba la naturaleza en un arrebato de hermosura que cada quién guardaba en su pequeña cajita cazadora de imágenes.
El Taller de fotografía se había convertido en una entusiasmada locura de contacto con todo lo que giraba alrededor de las mentes de cada persona que cámara en mano se creían ya los domadores y domadoras de paisajes. Es que era tan lindo caminar por un parque que era una sorpresa para todos y donde todos tenía la sensación de ser los dueños de las nubes y hasta del viento que cruzaba a Caracas de sur a norte como una canción bonita que se marchaba con el tiempo.
El Café Venezuela fue el gran contenedor del entusiasmo colectivo y hasta allí llegó la primera aventura del primer taller de fotografía para Adultos del Metro de Caracas. Allí cada quién decidió hacer lo que mas le convino y pese a que la mayoría decidió marcharse, un pequeño grupo terminó la caminata en la plaza Bolívar del Calvario y allá nos despedimos de lo que fue una hermosa jornada que ojalá sirva para que en las próximas sesiones del TALLER, los adultos aprendan de los niños lo necesaria que es la fotografía de aventuras.
La idea es que estos talleres sirvan a las personas no solo para el aprendizaje de la fotografía como una cuestión meramente de diversión, sino que también la persona se interese en crecer como ser humano desde un espacio que es tan infinito como si nunca se terminara de contar las cosas que tienes que decir por medio de las imágenes.
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