La plaza de los museos es un espacio redondito como una moneda que tiene una fuente en el centro y que los fines de semana se convierte en un lugar de encuentro de diferentes grupos de jóvenes que realizan muchas actividades de malabarismo y otros atractivos circenses propios de personas informales y disciplinadas en este tipo de actividades.
Pues bien, este sábado amaneció un circulo de toldos blancos parecido a los campamentos de los beduinos que existen por esos lados lejanos del norte de África o como dicen algunos, en el medio oriente.
Fue que a la Alcaldía se le ocurrió realizar en este sitio LA FERIA DEL LIBRO CARACAS 2010 en el marco de los 443 años de la fundación de LA CIUDAD CAPITAL, y para ello dispuso de la magnífica idea de promover la lectura y satisfacer las necesidades intelectuales de todos aquellos caraqueños admiradores de esos pequeños amigos con el cuerpo lleno de letras y muchísimas palabras en el corazón.
Los libros, llegaron también las artesanías, las charlas, la música y algo que resulta muy interesante para los más pequeños de la casa, llegaron los artistas populares de teatro y danza y con ellos una linda pareja de una chica y un muchacho que trataron de hacer de la estadía en la FERIA un espacio para la diversión, la reflexión y la alegría.
Esta pareja, que vestía de una manera muy particular, ya que ambos tenían una extraña vestimenta de colores verdes claros y otros tonos del verde y una chaqueta grande de plástico reciclado muy parecida al viejo chaquetón que usan los danzarines de la parranda de San Pedro.
Lo primero que presentaron esta pintoresca pareja, fue un acto donde se planteaban la defensa del caimán del Orinoco como una de las tantas formas de defender la naturaleza del depredador más grande de la historia: El Hombre.
Entre una danza y un ritual de majestuosas formas corporales, la muchacha y el muchacho vestidos de verde con sus respectivos chaquetones iniciaron por segunda vez una cantidad de movimientos que hacían que los niños y niñas estuvieran atentos a cada cosa que hacían y contaban como si fueran un libro abierto a la curiosidad de los pequeñitos.
Entonces, la tarde se hizo de todos los colores y los niños se hicieron de las historias que les contaban la muchacha y el muchacho vestidos del verde y fue así como llegó el acto de la lluvia y los niños tocaron las botellitas de agua mineral como si estuvieran imitando a la lluvia y llovió mucho cuando la joven sacó de una enorme bolsa un viejo paragua con mucha cosas colgándole de los lados haciendo el efecto de muchísimas gotas de lluvia que caían como peloticas mágicas que bordeaban las orillas del paragua.
Fue que los niños se mojaron con las risas que les llovió desde de la imaginación de la pareja vestida de verde y entonces todos los presentes sintieron que llovía de verdad verdad...y llovieron muchos aplausos y muchas risas y la lluvia desapareció como si fuera la música de algo muy lejano que nos llenó de sueños, de muchos sueños.
Luego, muy luego, la muchacha vestida de verde saltó al centro de la tarima con una pequeña esfera parecida al planeta Tierra...y la giró alrededor de la gente que la miraba como si mirara a la Tierra dando vueltas y vueltas como si la gente y los niños fueran el SOL...
Entonces, el muchacho vestido de verde apareció con dos carretillas y junto a la muchacha imitaron la siembra de muchas plantas y de muchas especies vegetales que le dan color a la vida y a su vez los colores hacen que los carajitos también sean felices.
Muchos niños saltaron al centro de aquel espacio lindo...y junto a la muchacha y el muchacho vestidos de verde, sembraron el corazón de la gente con las maravillosas flores de papel que nacieron de aquél magnifico acto donde los niños y el medio ambiente eran una misma cosa.
Fue que la FERIA DEL LIBRO se hizo pequeñita como del tamaño de los niños y entonces durante toda la semana se llenó de cuenta cuentos, títeres, cantores, además de muchas actividades que las gentes de FUNDARTE les trajo como regalo a todos los carajitos que asistieron a la misma.
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