Rememorando la época donde los poetas regaban con poesía las caminerías y jardines del viejo PASEO EL CALVARIO, el ahora PARQUE EL CALVARIO EZEQUIEL ZAMORA, llenó la plaza La Estrella de movimientos hermosos y giros físicos que buscaban las copas de los árboles en una comunión donde las palabras fueron mudas y la plástica del cuerpo voló por sobre las miradas de admiración de todo un público hipnotizado por la calidad de un espectáculo maravilloso que nos hizo niños y adultos en un breve hecho cultural inesperado.
Tomamos el "tranvía" en el Arco de la Federación y en un recorrido multicolor lleno de admiración por el estado en que se encuentra el parque, fuimos recordando lo que fue el pasado de un sitio lleno de todos los verdes posibles con los matices mas espectaculares que la luz le provee a la naturaleza para embellecer cada espacio del recorrido.
Llegamos hasta la plazoleta del reloj donde el Café Venezuela le dio la bienvenida a los visitantes que aún no salían de su asombro por tanta belleza junta. La capilla nuestra Señora de Lourdes forma parte de un paisaje que se ve desde todos los ángulos de una ciudad radioscópica que mira desde lejos lo que tiene en el centro mismo de su corazón urbanos y mundanal.
Cuando el escenario estuvo listo, la magia de una mujer irrumpió con extraordinaria velocidad de unos movimientos intermitentes que la hicieron volar por sobre un aro que colgaba de la imaginación estupenda de una coreografía bien contemporánea que le rindió homenaje a la naturaleza misma que hizo de aquella tarde un escenario para el cuerpo.
Luego, El Grupo Neo Danza hizo del gesto el vocabulario de una rutina estupenda que entusiasmó a todos, como si todo aquello fuera un recuento de una danza comprometida con la poesía del cuerpo de aquellos seres que hicieron del sonido una excusa para mostrar los colores de la imaginación.
También el tango se apropió del espacio y del corazón de la gente y en un acto irrefrenable de compases y bandoneones, surgió la primera pareja de bailarines que nos dejaron ver la calidad de una coreografía surgida de las necesidades de ese frenesí humano que alguna vez llenó las mas importantes paginas del espectáculo mundial, EL TANGO.
El tango llenó otro espacio, otra pareja danzó al ritmo de una tarde preciosa donde los colores hicieron de lo lindo un espacio para el derroche de aquellos movimientos acompasados por el entusiasmo de un público cautivado por la hermosura de una tarde joven salida de cada aplauso merecido a los artistas.
Mudanzas de la UCV, Caracas Roja Laboratorio, Coreoarte y el Ballet Nuevo Mundo formaron parte del encanto de aquél espectáculo que dejó a todos con el sabor del éxito en cada corazón que hizo suyo aquel paisaje cultural que atrajo a tantas personas pendientes del movimiento de cada semana que la cultura tiene como compromiso con el Parque El Calvario.
Los niños fueron los grandes espectadores de este lindo acontecimiento digno del mas envidiable de los escenarios de la Gran Caracas. Un espectáculo merecido por un público que ha sido consecuente con cada presentación semanal y de unas comunidades que pese a sus problemáticas propias de sus sectores, también le han dado respuesta a estos actos.
Este espectáculo resultó ser un homenaje al bailarín y coreografo VICENTE NEBREDA, un caraqueño nacido en 1930, quién formó parte del Ballet Nacional de Cuba y quién se destacó como un bailarín y coreografo de altísima calidad profesional de reconocida fama internacional.
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