La Sociedad de Poetas Andrés Eloy Blanco con el apoyo de Fundarte llevo a cabo un recital de poesía en Homenaje al poeta PABLO NERUDA en el 37 aniversario de su muerte, en los hermosos espacios del restaurado parque Ezequiel Zamora, El Calvario lugar que significa el encuentro de la naturaleza con los versos nacidos de la frescura de los verdes del parque con el recuerdo intacto del desaparecido poeta chileno.
La palabra se dispersó por los colores sonrientes de la tarde y recorrió cada rincón del parque como si fuera la transeúnte de cada espacio necesario de la poesía horizontal que vuela necesariamente por los sentidos de cada persona presente en este encuentro de voces indispensables.
En el sexto aniversario de la sociedad de poetas se echan a volar las palabras como si fueran el encuentro de los motivos y cada cuál lee la parte mas indispensable de lo escrito en el invisible lado de la hoja doblada en muchas parte donde se guaren los pequeños inventos literarios de aquella vez.
Son algunos los y las poetas que que le dedican al habitante de Isla Negra los sonidos altisonantes de una poesía que brota de las hojas que que se caen de los árboles, para formar el paisaje corporal de la grama inmóvil que se riega por el parque como boronas vegetales de los verso que se escapan del Café Venezuela.
Muchos nombre se pasean por entre los paginas recortadas que leen a la hora exacta en que las voces transitan por entre las mesas de aquél hermoso espacio donde Neruda dejó de ser hombre para ser el poeta infinito de otras voces y otras palabras.
Rey, Ali Beka, Carlos Zerpa, Maritza Zamora, Pedro Paracare, Enrique Millán y quien sabe cuantos mas, pueblan de versos y el viento inhabitable de la pequeña colina incrustada en el corazón de la Caracas bohemia de cualquier hora. Es que también Siboney del Rey paseó su coquetería con la voz de su pertinaz lluvia de cosas inundando de mariposas la forma vegetal de aquello bonito que sucedía allí.
Nelson Baez, Nelson Díaz, Elvira Coa, Quetzal Morgado, Hernán Lameda, Richard sabogal, Edgar Monsalve y Yorlando Conde como invitado de lujo de aquélla cita literaria donde lo bello fue lo indispensable y la creatividad lo necesario de una tarde maravillosa donde el Sol fue una pequeña criatura con la mirada amarillenta de imágenes dedicadas al mas grande de los versos de siempre.
De manera que todo aquello convirtió al Calvario en un lugar para inventar la poesía que un sábado por la tarde le sonreiría a los infinitos enamorados que se hicieron verso en las caminerías nostálgicas del Ezequiel Zamora después del mediodía. fue una tarde para decir de Neruda que mas allá de las palabras...quedaban los muchachos besándose con la tarde.
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