Una pequeña choza de palma marca el lugar donde nacería en la fantasía de los usuarios de la estación Chacaito, El Niño Dios. Así lo indicó la gente de Los Pastores de Figueroa quienes llegaron desde su pequeña comunidad de Figueroa del municipio Los Salias, con una hermosa puesta en escena del nacimiento vivo del niño de Belén con motivo del día de La Candelaria que ellos celebran todos los años como parte de sus tradiciones.
De esta forma los espacios de la estación Chacaito se hicieron un pequeño Belén donde la magia de los colores harían de este sitio un maravilloso encuentro con lo tradicional de dos comunidades que están unidas por el deseo de hacer de lo tradicional una excusa para que los niños y niñas tengan una razón mas para soñar.
Entonces el pasado se hizo presente y de la pequeña multitud surgieron pastores, reyes y un San José con su cara de muchacho tremendo y una María con la frescura de las mañanas y todo se convirtió en un pequeño mundo donde lo mágico llamó la atención de los pasantes.
Las Estrellitas de Luis se trajeron a los pastores de la vega para bailarle al pequeño niño un homenaje de acompañamiento en un nacimiento donde la ternura se confundiría con la prisa de los usuarios de una estación caracterizada por el movimiento constante de la ciudad.
Los muchachos de Figueroa iniciaron el acto de celebración con la parsimonia religiosa de siempre y con cantos y diálogos piadosos hicieron de la estación un pueblo breve y de pocas palabras donde la natividad subía el telón de la imaginación de aquellos muchachos.
La ceremonia creció con el mismo ritmo conque los trenes cruzaban el subterráneo a la hora exacta en que los hombres y mujeres asumen que la vida es una flor que pasa por sus manos como un acto de nacimiento de un Dios tan pequeñito como el niño que veneran los pastores de Luis con una danza vibrante de pasión donde los otros niños son un acto de fe mas allá de lo cotidiano.
Toda la Estación Chacaito ser hizo una trenza de colores y las personas formaron un lindo coro de miradas alrededor de la casita de palma, entonces rezaron como si danzaran en una oración maravillosa que les nació con el niño Dios y que avivó el amor que los habitaba dese esa curiosa actitud por mirar lo bueno de ese acto de nacer.
La tarde de paradura de la estación Chacaito, había transcurrido en una ruta del arcoiris que cruza el corazón de una ciudad que queremos llenar de flores, a pesar de lo violento que significa respirar sus sueños abstractos.
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