UNA BUENA FERIA BIEN CONCURRIDA.
De nuevo los libros tienen la última palabra. De nuevo las letras ocupan las estanterías de un acontecimiento que mueve a la gente a darle vida a esos pequeños seres poblados de paginas que dicen en silencio lo habitado que están de las cosas que dicen sus autores, esos mismos autores que deambulan por la superficie de la imaginación inventando vainas que la gente necesita para hacer de la vida un lugar lleno de sucesos de todos los colores.
De nuevo la feria del libro venezolano ocupa el lugar visible del interés de los lectores. Los encuentros con poetas y otros intelectuales en han convertido en el lugar común donde la palabra se hace acompañar por el pensamiento universal donde todos y todas.
Como siempre, muchas casas editoriales conforman un escenario que esta vez no permite a la feria que el clima que se convierte en un factor negativo como otras veces que la lluvia ha hecho estragos con los expositores, público y eventos propios de una feria como esta.
Esta vez el público ha colmado como siempre el acto inaugural, pero con la ventaja de haberse realizado en los espacios del Complejo Teresa Carreño sitio este que realza la presencia de un público que puede desplazarse con mucha mas tranquilidad tanto para contemplar los libros y actos, como para realizar sus compras.
Como siempre, la sala mas llamativa y cuya atracción es el complemento de todo el movimiento de libros y libreros, es la carpa infantil, es decir, el rincón donde se promueve la lectura para niños y adolescentes y el lugar donde la imaginación vuela tan alto que solo un suspiro la puede detener en ese empeño de crecer del tamaño de los carajitos.
Pero, paralelo a la Feria del Libro venezolano y en la plaza de los museos, se realiza un particular encuentro de artesanos y artesanas de Venezuela que recoje una muestra por cada estado de lo que son capaces de hacer y crear nuestros hombres y mujeres hacedores del trabajo manual, de esa expresión de lo que nuestras manos son capaces de hacer con el producto que les provee el medio ambiente de la región a la que pertenecen.
Lo mas llamativo de la feria ha sido la cantidad de libros bautizados, la cantidad de títulos que han aparecido en los estantes de la sala del Ministerio de la Cultura, es decir, el estado como promotor fundamental de la producción de libros.
Como siempre, muchas casas editoriales conforman un escenario que esta vez no permite a la feria que el clima que se convierte en un factor negativo como otras veces que la lluvia ha hecho estragos con los expositores, público y eventos propios de una feria como esta.
Esta vez el público ha colmado como siempre el acto inaugural, pero con la ventaja de haberse realizado en los espacios del Complejo Teresa Carreño sitio este que realza la presencia de un público que puede desplazarse con mucha mas tranquilidad tanto para contemplar los libros y actos, como para realizar sus compras.
Como siempre, la sala mas llamativa y cuya atracción es el complemento de todo el movimiento de libros y libreros, es la carpa infantil, es decir, el rincón donde se promueve la lectura para niños y adolescentes y el lugar donde la imaginación vuela tan alto que solo un suspiro la puede detener en ese empeño de crecer del tamaño de los carajitos.
Pero, paralelo a la Feria del Libro venezolano y en la plaza de los museos, se realiza un particular encuentro de artesanos y artesanas de Venezuela que recoje una muestra por cada estado de lo que son capaces de hacer y crear nuestros hombres y mujeres hacedores del trabajo manual, de esa expresión de lo que nuestras manos son capaces de hacer con el producto que les provee el medio ambiente de la región a la que pertenecen.
Lo mas llamativo de la feria ha sido la cantidad de libros bautizados, la cantidad de títulos que han aparecido en los estantes de la sala del Ministerio de la Cultura, es decir, el estado como promotor fundamental de la producción de libros.
No sabemos aún cuantos libros se han vendido en la Feria, pero creemos que ésta vez se van a superar las ventas del año pasado. Creemos que hemos tenido una buena feria, aunque seguimos pensando que la participación de las organizaciones populares brilla por su ausencia con la excepción de La Mancha y Tere-Tere.
Es tiempo ya que se impulse con mucha mas fuerza la promoción de la lectura, de nada sirve producir 20 millones de libros si no hay quien los lea, aunque reconocemos que el esfuerzo ha sido importante, pero no suficiente.
