Contar cuentos es lo mas delicioso que nos puede ocurrir cuando las cosas que queremos decir y contar tienen la magia de lo que somos capaces de expresar mas allá de los gestos. Significa, que para nosotros contar cosas es una hermosa aventura que nos sale del corazón para que los niños y adultos nos sientan mas allá de las palabras. Es que contar cuentos es la mejor manera de disfrutar lo que decimos cuando tenemos un auditorio que le importa mucho eso que queremos contar.
Un taller de Cuenta-Cuentos no es un espacio para lucir nuestras mejores palabras, es un lugar donde vamos a interactuar con personas que quieren aprender de todos la mejor forma de decirle a los niños las cosas que les queremos contar. Es como intercambiar saberes o construir entre todos una forma de interpretar lo que alguien escribió para los niños o para los adulto o lo que cada uno de nosotros ha escrito para contar.
Eso es exactamente lo que el colectivo arcoíris del sur pretendió por los espacios del Parque Ezequiel Zamora del Calvario con el equipo de Figueroa al frente de una actividad que los llenó a todos de colores y que ademas permitió que niños y adultos, curiosos y paseantes del bello lugar, participaran en una actividad que nunca se hubieran imaginado fuera posible.
Maryeling Natale, la inquieta Maryeling nuestra de cada vez, Nieves, nuestra Nieves de siempre y sencilla bondadosa. Rosita esa Rosita impredecible que hace de sus sueños los sueños de todos porque comparte las palabras con las acciones lindas de lo que es posible para ella.
Estas tres personas se organizaron para compartir la experiencia de la cajita mágica y ese mundo maravilloso que se inventaron con los libros como los mejores testigos de lo que hacen muy bien: contar cuentos.
La jornada fue un acto bonito donde cada quién hizo de la palabra un hecho para compartir. Jorge, Mijares, Johana, Angela y Oriana, con Leonela y Nohely como las pequeñas acompañantes del arco iris, además de los niños y adultos curiosos que hicieron del momento, un encuentro con todos.
La Ratoncita Presumida de Alquiles Nazóa fue narrada como cuento por una Maryeling capaz de hacer de una obra de teatro, un hermoso cuento con todo el encanto de quién teje palabras para regalarlas luego en forma de personajes.
El Sapo Enamorado, narrado por Johana, cruza los charcos del parque para hacerle la corte a una pata presumida encarnada en Angela, la pequeña Angela que siempre nos acompaña en estas dosis de locura conque convertimos en realidad cada sueño que tenemos.
Nieves es el enamorado batracio que quiere conquistar el corazón de una pata arisca y enamorable cual galán hermoso y atropellador que se siente en situación de igualado por que el decir es que en el amor se vale todo.
Estos personajes hicieron del paisaje del Calvario, un lugar sembrado de flores que embellecen con sus sencillos diálogos el paisaje de un taller de cuenta cuentos que mas se parece a un juego donde se juega a contar, que una cosa seria donde se cuenta por rutina.
Es que contar cuentos, se había convertido en una parte del parque liberado de angustias y de la represión de los custodios de un espacio esclavizado por las normas.
En otro Cuento, Mijares se hizo un cochino envilecido por la frivolidad y se quiso parecer a un león (Jorge) y se convirtió en un mamotreto con un poquito de cada animal incluyendo las rayitas de una cebrita magnifica (Leonela), pero de nada le sirvió su intento por ser mas bonito ante todos...y según cuentan, se tuvo que convencer que no por usar la melena de un león, iba a dejar de ser un cochino.
De manera que el taller tomó la forma de un circulo de palabras donde la importancia privaba en los hechos que se sucedieron en medio una ciudad que quedaba lejos, allá al otro lado de la colina de El Calvario.
Entonces el día se estaba poniendo pequeñito y se marchaba con la tarde de la mano de los recuerdos mas lindos en que se había convertido un taller de cuenta-cuentos donde hasta la misma Orianna había hecho su papel de cochinito amigo del sapo enamorado y la pequeña Nohely se hizo el hada madrina de un taller que fue del tamaño de las cosas lindas del ARCOÍRIS.
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