Como un perro zapateado por la noche paseaba su presencia. Aquellos pasos parecían de un bicho en su final. Y en una esquina su lamento…. Más bien aullido, hizo exclamar a un vecino ¡Cuidado es un hombre! Y la luz del poste se enterneció.
DE DINOSAURIO A SER HUMANO
El elefante se bañaba en las aguas cristalinas, feliz; la mantarraya volaba sobre su cabeza. Yo, soy un dinosaurio y me gusta serlo.
Todos los animales estamos contentos unidos a
MARISOL CIVES LADO
EL REY LEÓN
Era una radiante mañana de un día cualquiera, en el territorio del Rey León, el sol brillaba, las fuertes lluvias quedaron atrás, los animales habitantes del reino transitaban libremente: Al trabajo, al mercado, a cumplir con sus deberes, de paseo, etc. Este reino hermoso construido de la nada, con sus fortalezas y debilidades, tenía una particularidad, aún cuando fue creado de las cenizas, todo el mundo se quejaba… ¡Ah! Y lo más curioso era que existía un personaje muy importante…
Una de las habitantes la Paraulata Clara, todos los días se trasladaba a su trabajo en el único transporte que existía, tenía varias paradas, al abordarlo era un mundo paralelo: El elefante entraba y atropellaba sin pedir permiso, la cebra taconeaba y con su cola molestaba, el gorila empujaba, robaba y gritaba: ¡Al que no le guste se baja!
En la parada siguiente se montan par de cotorras que con estruendosa conversa a todos enteraban: ¡Hay que calor, no alcanza la plata, no hay puesto para sentarse!, ¿Te enteraste? La vetusta morla salió preñada y le responde la otra cotorra: ¿bueno ella cumplió 80 y no tiene pareja?, ¡Que molleja! Seguro que es culpa del rey, JaJa…. exclama el gorila si mi mujer me reclama que no llevo completo el mercado, pero la culpa no es mía, es de él…
De pronto comienza un concierto de arpa cuatro y maracas, es el grupo de los gabanes que canta para pedir plata…
¡Señores buenos días se escucha a lo lejos!, Es un grupo de conejos que cantan una changa, Clara calladita se arrimaba y pensaba: “caramba se alborotó este animalero”, pero resignada seguía su viaje observando a par de marranos que sentados en frente a dos manos, comían y comían…y entre bocado decían: ¿Ya no dormimos bien, tenemos incontinencia, y ya ni siquier
a sabemos de la tía Clemencia!, Claro… la culpa es del rey, la pereza colgada del tubo decía: ¡Cállense la boca que no me dejan dormir!, y del fondo le gritaron: ¡Vete a tu rama indigente! Y ésta respondió: ¡No tengo, po
r culpa de ya tu sabes quién!….
Hace rato que Clara ya va sentadita y más relajada, en la siguiente parada entran los pingüinos surfistas llevándose por delante a todos con sus tablas sin dejar cerrar las puertas, y entre tanto ruido y parranda, la pobre Clara se despierta y es sólo cuando se da cuenta que en
medio de la alharaca, ella se durmió en el Metro de Caracas.
MEREY
Por el camino del poblado de Merey un niño juega con sus Amigos al Escondido.
Era la tarde de un domingo el viento sopla de este a oeste, levantando las hojas secas y los papeles del suelo.
Uno, dos, tres, Juan… se oye entre el callejón y el camino principal.
Uno, dos, tres, María grito ¡Ernesto!... mientras Mijares se agazapa detrás de los pedregales, para saltar sobre el Pata Caliente de Ernesto.
No se vale dijo Yorlando eso es trampa, soltando golpes con los pies entre los papeles y hojas que el remolino de viento torna sobre ellos.
Jajaja… se sonrió Marisol… Yo gane ustedes perdieron porque fui la última en salir.
La tarde caía en el poblado de Merey, casi de noche el viento dejo colar las risas de los niños que volvían de sus juegos al pueblo.
Rosaura la maestra, se cruzó con ellos en el camino y les recordó: Escriban sobre Fantasmas y Cuentos de Camino, que el escritor Charango vendrá para compartir sus cuentos con los Niños de Merey.
JLH24
COMUNIÓN CÓSMICA
Eran cerca de las 6 de la mañana cuando salí de mi casa a caminar por los alrededores, de pronto hubo algo que llamo poderosamente mi atención, allá en las faldas del monte, algo invisible, una poderosa energía que me atrajo, sin poder oponer resistencia, fui acercándome cada vez más hasta que llegue al punto crucial, donde al hacer contacto con aquella energía, un estallido de luz me envolvió, y supe entonces que había entrado dentro de mi propio ser interior, donde pude comprender que todos los seres somos pequeñas partículas de polvo cósmico que forman el universo, la naturaleza y la vida.
Desde entonces he aprendido a vivir en armonía con mi entorno por hostil que este de parezca, y sé que siempre habrá algo que aprender en toda circunstancia hasta el fin la vida terrenal cuando nos fundamos con el éter.
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