Vamos a Crear es el resultado de las Actividades Culturales entre: los trabajadores del Metro de Caracas, El Concejo de Gestión del Calvario, FUNDARTE, La ONA, Consejos Comunales del Sector Caño Amarillo, El Colectivo Cultural "ARCOÍRIS DEL SUR" y demás Organizaciones Públicas y Comunitarias que hacen vida cultural en estos espacios.

domingo, 17 de abril de 2011

ASUNTO DE PALABRAS.

DEL SALÓN DE LECTURA DE LOS NIÑOS A LAS PALABRAS DEL POETA.

De nuevo Oscar Rodriguez se reencuentra con sus amigos en un clima donde la palabra se hace peregrina de lo urbano, de lo necesario del hombre que camina por la Esquina del Callejón y se oculta entre la muchedumbre que deambula por cada uno de los pequeños espacios del ser.
Oscar nos vuelve a reencontrar con la Ibis que todos llevamos en el viejo acetato clandestino hoy, donde el inquieto
Anacobero nos mete en la rockola del manso botiquín de la avenida Baralt y nos llenamos del amor inventado como excusa para recordar vainas.
Nos volvemos a encontrar con los arboles de Oscar Rodriguez en medio de una llovizna de libros infantiles con el sello de un Moisés funcionalmente niño y niño emocional que nos enseña a leer sin palabras los símbolos puntuales del poeta.
Pareciera que este encuentro es además con un montón de carajitos que si tienen mucho que decir y mucho que sembrar en la palabra del poeta que ahora se vuelve clandestino para esconderse entre su barba de papel que lo hace inusitadamente otro niño entre cuentos y cantos.
Cada quién tuvo la oportunidad de mostrar el lado sonriente de un libro que lleva ya varios encuentros y ningún bautizo a pesar de tener infinitos padrinos bajados de la montaña con las mismas armas conque se fueron a soñar con Argimiro como si la guerrilla fuera la poesía de un salón de lectura donde los niños son lo posible.
Asunto de Palabra vuelve a repetir la inocencia de los pétalos dejados caer sobre la portada incrédula de un capricho diseñado para que el libro se haga un acto mágico donde los niños son los custodios de la fe ajena.
Y es que Oscar Rodriguez respiró una vez más el contenido de un universo de insatisfacciones que lo hicieron crecer por un momento con las mismas palabras que le mintieron los carajitos cuando leyeron las cosas extrañas del pequeño mundo de aquel salón donde no se sabía a ciencia cierta si era la presentación de un libro o un encuentro de Oscar Rodriguez con los habitantes de aquél salón.
Fue bien bonito haber cantado el tararí de los niños traviesos y sentir la sensación de estar jugando metras con un carajo llamado Oscar que hoy se siente tan niño como poeta, tan poeta como amigo y tan amigo como la palabra que le vuela desde su cabellera llena de poesía.
Hoy faltó mucha gente en este acto, muchos de esos que comparten su cotidianidad y la franqueza con que amanece todas sus mañanas, solo esperamos que nos envidien este momento tan hermoso que el poeta quizo compartir con todos sus amigos.

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